El agua es por excelencia el elemento básico en nuestras vidas. Consumimos agua todos los días, en las más diversas situaciones, y las expediciones y travesías no son la excepción: cada vez que realizamos una actividad de este tipo necesitamos recuperar energías hidratando eficazmente nuestro organismo. Cuando hacemos pequeños trayectos de no más de un día no tendremos ningún problema en cargar con nosotros el agua que necesitemos.
Pero ¿qué pasa cuando nuestro viaje nos exige pasar una o más noches lejos de una fuente de agua tratada? Será necesario aprovechar el agua que se encuentre a nuestro alrededor, corriendo en la naturaleza, que no siempre será limpia y transparente. La presencia humana civilizada en las montañas ha acarreado una serie de consecuencias ambientales que afectan el agua que corre en ellas: los refugios, el ganado, los animales muertos o simplemente una conciencia ecológica poco desarrollada son algunos factores que contribuyen a contaminar los manantiales de agua de montaña, y por ende, a hacer más dificultoso el encontrar agua bebestible en una expedición o trekking.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) atribuye cerca del 80% de las enfermedades propias del viajero al consumo de agua contaminada. Es por esto que en casos en que necesitemos beber del agua de estos sitios, se hace necesario el tratamiento de esta agua para no arriesgarnos a contraer enfermedades o alguna infección intestinal. Y en esto podemos ayudarte con las siguientes soluciones para tratar el agua, de forma que no pases sed en la próxima salida que tengas.
Clásico: Hervir el agua
Es el método más sencillo y conocido por todos. Debemos cerciorarnos de la cantidad de combustible que necesitaremos para hervir el agua, pues puede que sea necesario en grandes cantidades para un número alto de litros de agua y sobre todo si estamos en condiciones climáticas muy frías. Una vez que el agua está hirviendo, será recomendable mantenerla así durante 5 minutos, para eliminar todas las posibles bacterias que se presenten.
Puedes aprovechar el agua caliente vertiéndola en botellas y utilizándolas para calentarte en la noche, como un “guatero” para las noches frías, pues al día siguiente estarán a temperatura ambiente y podrás beberla. El gran inconveniente de este método es que necesitaremos un recipiente donde calentar el agua, además de combustible y alguna cocinilla o similar.
Algunos tratamientos químicos
El elemento esencial para tratar el agua es el yodo, aún cuando porcentualmente no es absolutamente efectivo, pues no elimina el 100% de las bacterias. Es recomendable llevar siempre algunas pastillas de yodo en nuestra mochila, pues su uso es muy fácil: sólo debemos sumergir la pastilla en alguna botella y dejarla que reaccione con el agua. El tiempo que demorará en actuar depende del tipo de organismo que esté presente en el agua.
Las pastillas son pequeñas y prácticamente no usan espacio ni pesan, por lo que es altamente recomendable llevarlas.
Existe otro tipo de pastillas que persigue este fin también, las de cloruro sódico de plata, que no dejarán tan mal sabor en el agua como sí lo hace el yodo.
Un método más tradicional es utilizar cloro, por supuesto en cantidades ínfimas, y aunque tampoco se trata de un método infalible, es mejor que nada.
Filtros purificadores: tecnología contra las impurezas
Estos filtros son bombas de mano pequeñas, que hacen circular el agua por una serie de barreraas filtrantes que van eliminando bacterias e impurezas. Cada filtro indica su funcionamiento y contra qué tipo de impurezas son efectivos, pues algunos no eliminan virus, debido a que sus microporos no son suficientemente pequeños y de todas formas deberemos recurrir a otros métodos como el yodo. Los filtros de más alta calidad suelen tener un prefiltro y una serie de filtros interiores.
Lo principal en este método es mantener los filtros lo más limpios que sea posible, evitando la entrada de barro u otras impurezas. El mayor problema de estos filtros es que pueden atascarse, y cuando esto pasa, exigen que se les aplique una limpieza exhaustiva, de forma que debemos portar con el kit de limpieza que venga con nuestro producto.
La ventaja más notable de los filtros es que son capaces de convertir el agua enlodada en agua perfectamente bebestible sin sentir que estamos tomando agua con tierra. Además, son capaces de depurar grandes cantidades de agua sin necesidad de hervir o de otros métodos, directamente desde la fuente (un riachuelo, un charco) hasta nuestra botella.
La vida útil de nuestro filtro estará señalada en el envase, medida en la cantidad de litros que podrá filtrar. Mientras más litros pueda filtrar, más caro será.
“Otra de las ventajas fundamentales de los filtros es que potabilizan el agua en forma inmediata pues separan lo agentes peligrosos del líquido cuando este pasa por la barrera o filtro a diferencia de los métodos químicos y las pastillas que necesitan alrededor de 2 horas de acción en el líquido para alcanzar su 100% de eficacia” nos cuenta Pelayo Herrera product manager en Chile para Katadyn Suiza una de las empresas más importantes del mundo en la materia.
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Una última alternativa: Pastillas potabilizadoras
Estas pastillas están siendo muy populares a la hora de purificar agua. Son de muy fácil aplicación, ocupan poco espacio y no pesan nada, y además funcionan en la mayoría de las condiciones en que nos encontremos.
Cada pastilla tiene la capacidad de potabilizar un litro de agua, de forma que necesitaremos una por cada litro que queramos filtrar. Se deja actuar, y dependiendo de las condiciones del agua tendrá un tiempo de acción determinado.
El único problema que tienen, y que no es menor, es que tienen un elevado precio en el mercado, de forma que si queremos purificar una cantidad mayor de agua para más días de expedición, deberemos invertir también más dinero.
Una solución para cada ocasión: elegir el método correcto
Cada uno de estos métodos tiene una finalidad específica, y dependerá de cada situación cual te conviene más.
Hervir el agua es un método tradicional, efectivo, y definitivamente el más barato, pero no siempre tendremos la posibilidad de hacerlo.
Para viajes largos, los filtros son la opción más económica. A partir de los 400 litros será más rentable usar filtros que pastillas.
Pero las pastillas son el método que más auge ha tenido últimamente, pues es cómodo y perfecto para transportar, y muy útil a la hora de emergencias pero siempre con el cuidado de esperar el tiemo necesario para que puedan actuar con completa efectividad.
Ahora que tienes una idea más clara de cómo hidratarte correctamente, ¿cuál será el método que vas a elegir?