Se trata de Alex Honnold deportista The North Face, quien luego de cuatro horas de escalada completamente solo, alcanzó la cumbre de El Capitán, en el parque nacional Yosemite, en California EEUU, utilizando solamente sus manos y pies, sin ningún tipo de equipo de seguridad ni cuerdas. Este hecho pasa a la historia convirtiéndose en uno de los más grandes acontecimientos en la historia de este deporte.
Su ascenso duró 3 horas y 56 minutos. A las 9:28 AM de este sábado 3 de junio, bajo un cielo despejado, Alex logró llegar hasta lo alto de la cima de El Capitán, bajo un cielo despejado y sin mayores problemas. Empezó su desafío a las 5:32 AM. Pasó la noche en su van modificada para servirle de campamento base y luego desayunó panqueques con semillas de chía y arándanos.
Se puso un par de zapatillas con suela para escalada, se ató una bolsa de tiza a la cintura para poder mantener sus manos secas, y puso el pie en su la primera roca que le sirvió como apoyo para su monumental cruzada que terminaría como hecho histórico.
Desde hace más de un año que Alex Honnnold ha estado entrenando en distintos lugares de escalada en Estados Unidos, China, Europa y Marruecos, pero este proyecto lo mantuvo en secreto durante mucho tiempo y sólo lo confió a algunos amigos cercanos y escaladores porofesionales.
Un equipo de filmación, encabezado por Jimmy Chin y Elizabeth Chai capturaron el ascenso de Honnold para lo que será un documental a estrenar en un futuro próximo a través de National Geographic. En noviembre del año pasado, Alex había tratado una escalada similar pero no pudo concretarla pues no estaban las condiciones óptimas para su seguridad.
El escalador, de 31 años, entrenado en un gimnasio de escalada de Sacramento, llegó a los escenarios internacionales luego de que en 2008 lograra dos ascensos de alto riesgo y en formato de escalada libre: la cara noroeste del Medio Domo del Yosemite, y el Moontlight Buttress en el Parque Nacional Zion de Utah. Estos dos solos impactaron a la comunidad de la escalada a nivel mundial y establecieron nuevos récords de la misma forma que lo hizo Roger Bannister cuando batió el récord running de 1 milla en 4 minutos, en 1954.
“Lo que hizo Alex en el Moonlight Buttress desafía todo para lo que nosotros estamos entrenados” nos dice Peter Mortimer, un escalador que ha hecho numerosos trabajos fílmicos con Honnold. “Es el lugar menos natural en que puede estar un humano”
Entrenamiento de Alex para su desafío // nationalgeographic.com
El entrenamiento para la escalada de su vida
Es difícil entender la complejidad y dificultad de este ascenso en El Capitán. No solo el desafío físico, enorme para un persona, sino también el desafío mental que debió enfrentar Honnold, conquistando una cumbre que es considerada epicentro del mundo de la escalada. Su extensión vertical es mayor que el edificio más grande del mundo, el Burj Khalifa en Dubai, y si miras desde abajo, la cima de El Capitan es prácticamente inalcanzable a simple vista.
Tanto así que Tommy Caldwell lo definió como “la llegada a la luna de la escalada libre”. Él mismo hizo historia en 2015 con su ascenso al Dawn Wall de El Capitán, escalada en la que sí uso cuerdas pero solo como método de seguridad, no para ayudarse en el trayecto hacia la cima.
Escaladores de muchas partes han estado especulando acerca de la posibilidad de una escalada libre de El Capitán, pero solamente dos personas han hecho pública su consideración seria de hacerlo. Uno de ellos fue Michael Reardon, un escalador que se ahogó en 2007 luego de haber caído de un risco en Irlanda. El otro fue Dean Potter, quién murió en un accidente de salto base en Yosemite durante 2015.
John Bachar, el más grande escalador libre de los años 70 ni siquiera lo consideró. Peter Croft, que en los años 80 alcanzó los 1000 pies en el Yosemite, nunca contempló seriamente hacer El Capitan, pero sabía que alguien eventualmente lo haría. “Era obviamente el siguiente paso” die Croft, “pero después de esto, ya no sé qué viene. Es el gran salto”.
Para fines de 2014, Honnold se hizo conocido internacionalmente por sus logros. Fue portada de National Geographic, New York Times Magazine, Outside y 60 Minutes. Tiene una serie de sponsors que colaboran en sus proyectos, escribió un best seller y fundó una organización sin fines de lucro para mejorar las vidas de las comunidades más necesitadas alrededor del mundo.
Alex Honnold escalando // nationalgeographic.com
La habilidad para controlar el miedo
La ruta que eligió Honnold para llegar a la cima de El Capitán, conocida como Freerider, es una de los muros más grandes y preciados del Yosemite. La ruta tiene 30 secciones, y es tan difícil que se hacía noticia cada vez que un escalador la intentaba, incluso con cuerdas y equipo de seguridad.
Esta odisea zigzaguente tiene diversas fisuras y accidentes en su superficie, por las cual Honnold tuvo que apegar su cuerpo y dedicar su máximo esfuerzo, incluso colgando algunas veces solamente de sus dedos.
El Freerider pone a prueba casi cada aspecto de las habilidades físicas de un escalador: fuerza en sus dedos, antebrazos, pies, abdomen; así como flexibilidad y resistencia. Factores del ambiente como el sol, viento y la posibilidad de lluvia también fueron considerados por Honnold al empezar la travesía.
Pero el verdadero desafío para Honnold fue mantener su compostura y serenidad cuando estás a miles de pies de altura, ejecutando complejas secuencias de escalada donde ubicar el pie un poco más arriba o más abajo puede significar la vida o la muerte. Muchos escaladores se admiran de la habilidad de Alex para mantener la calma y poder analizar las mejores opciones al hora de la verdad, habilidad que ha cultivado en más de 20 años de escalada.
Su dedicado y estricto entrenamiento incluye sesiones de horas estando colgado únicamente de los dedos, y múltiples flexiones de brazos, con un solo brazo algunas, en una máquina especial que lleva consigo siempre en su van. Además, horas de entrenamiento de secuencias de manos y pies para los momentos claves de la escalada del Freerider.
Esta impresionante imagen muestra el altísimo nivel que Honnold ha alcanzado // nationalgeographic.com
Hay más escaladores de la generación de Honnold pero ninguno ha llegado a este nivel de expertise y control de la mente. Su tolerancia para situaciones de riesgo es tan alta que algunos neurólogos están estudiando partes de su cerebro para analizar cómo su este difiere de la norma común de las demás personas.
Pero Honnold lo ve de una forma más pragmática “Con la escalada libre, obviamente se que estoy en peligro, pero cuando estoy allí arriba el miedo no me ayuda en nada. Solo está bajando mi performance, así que simplemente lo debo dejar de lado”.
Un par de días antes de la odisea, Honnold llegó a la cima del El Capitán e hizo rapel por el Freerider para asegurarse que una tormenta reciente no hubiera cambiado partes del trayecto o que hubiera borrado las marcas que hizo con tiza para indicar el camino que debía seguir. El día estuvo en perfectas condiciones y el camino estaba seco.
Honnold cuenta que en muchas de las secciones del camino se dijo “Oh diablos, es un movimiento realmente peligroso. Pero con la experiencia de los años vas saliendo de tu zona de confort y poniéndote objetivos más y más grandes, hasta que llegas a una locura como ésta”.
El sábado, todo esto se convirtió en realidad. Confiando en sus habilidades y performance cultivada durante años, poniendo todo su esfuerzo en mantener su mente calma y vencer el miedo, Honnold logró poner su cuerpo en la cima de El Capitán. Un logro que jamás será olvidado por el mundo de la escalada y que dejará un rastro de inspiración para miles alrededor del mundo.
Fuente: nationalgeographic.com